LA COMUNICACIÓN POLITICA COMO DISCURSO DEL PODER POLITICO

“Cuando en una sociedad el poder está basado en mentiras; Solo nos queda a los desposeídos, poseer la verdad”
C. Mill.

La historia de la política, es tan antigua, como la misma historia del hombre. Puede decirse que es la misma historia del hombre. Históricamente, cuando no existe conciliación entre dos o mas personas, surge una contradicción, y notablemente la política, como alternativa de un posible cambio. Cuando la política no es acertada (y en este caso la gran mayoría de ejemplos históricos lo demuestran) se termina por tomar las armas para disputar por medios crueles y anacrónicos cuestiones que no debían llegar a tanto por medio de la conciliación de intereses.

Nuestra historia es una constante donde los posibles cambios han sucedido por no ser parte de la conciliación de intereses entre personas, entre líderes, entre dirigentes, entre estados, entre países. De tal manera se han justificado las guerras entre tribus, entre pueblos, entre países, por no querer entender a la parte opuesta en cada conflicto, y por no existir o no establecer condiciones de igualdad, aunado a esto a una falta de comunicación en cada conflicto, lo cual ha generado los mayores problemas histórico-sociales.

Que es nuestra historia, sino la relación de hechos inconciliables por mantener una postura diferente, llevada al extremo de haber logrado guerras, crímenes, genocidios por llegar o conservar el poder. Desde las primeras formas de organización del ser humano hasta nuestros días la rueda de la historia no ha dejado de rodar ni tampoco la política para lograr el poder, conservarlo o consolidarlo. En casos excepcionales para mejores relaciones entre los seres humanos.

En la actualidad, todo tipo de Estado, utiliza la política para sustentarse en el poder. La manera de utilizar un discurso, engloba la política como forma ideal de presentación y justificación en la sociedad.

Aimée Vega nos comenta que la incorporación de la comunicación política en nuestro país es relativamente nueva, a partir de los cambios para la transición democrática a finales de la década de los 80, donde principalmente periodistas, académicos y políticos analizan el protagonismo de los medios, en la política, fundamentalmente por la televisión. Si anteriormente no se implementaba era por no existir la condición fundamental de contar con una oposición real, que sobresalió a partir de las elecciones de 1988, donde el partido en el poder (PRI) triunfó en medio de grandes dudas para la población.

Con las elecciones del 2000 y la implementación del marketing político, por parte de Vicente Fox, se utilizó en el país con éxito la nueva política electoral basada en la creación y consolidación de imagen pública. Sin embargo la imagen que se diseñó y que ganó al electorado nacional, muy pronto terminó con la práctica personalista del nuevo presidente de la república, pues fácilmente la fue destruyendo con el paso de los días aunado a su administración en beneficio de la clase empresarial a la que representaba. Al término de su gobierno ya no tenía la misma simpatía que al comienzo del mismo, y es que no es igual la práctica política del discurso de un candidato, a la práctica de la política del presidente en turno, donde se detenta el poder en beneficio de un grupo político-económico, y donde la población es testigo de que lo prometido en campaña, solo era eso: promesas de campaña, para poder arribar al poder. Estando en él, ya no es necesario el cumplimiento de promesas, sino el proyecto adecuado a los intereses de clase, tal como sucedió con la presidencia del Sr. Fox, continuando con la implantación del modelo neoliberal diseñado por sus antecesores, Carlos Salinas de Gortari(1988-1994) y Ernesto Zedillo Ponce de león (1994-2000).

En cuanto a las elecciones presidenciales del año 2006, el despliegue propagandístico de los medios, fundamentalmente electrónicos, al margen de las disposiciones legales, tal vez motivó el cambio de conducta del electorado. En este caso el candidato del PAN (Partido Acción Nacional), tuvo un gran despliegue propagandístico en los medios masivos, por lo cual tuvo mayor promoción resultando el virtual ganador, aunque en esta ocasión bastantes sectores de la población se mostraron inconformes y manifestaron su repudio por las irregularidades de la elección y de la forma en que supuestamente se maquinó el fraude electoral.

Observamos el poder de la comunicación política, para nuestro caso, desafortunadamente dividiendo a los estados del norte y a los estados del sur. Tal vez sea por eso que el nuevo presidente no termina de convencer con su discurso político, el cual necesita legitimarlo con acciones populistas, las que tal vez comenzará a implementar muy pronto, para lavar el descrédito de su elección.

A partir de la llamada alternancia en el poder (México 2000, Guerrero 2006) se vive un cambio que sin duda alguna consolidará la democracia en el país. Pues permitirá que poco a poco se consolide una cultura política de alternancia, si es que los implicados no terminan con la democracia que les permitió llegar al poder.

Sin embargo el cambio de partido en el poder, no significa el cambio del Estado, sigue existiendo el mismo orden jurídico, solo han cambiado las personas, que representan a determinado partido político, con el beneficio de la nueva clase política que llegó a la llamada alternancia en el poder. Mientras la población sigue esperando el cambio social en el poder y en la estructura del mismo, no entiende que solo existe cambio de personas en el poder.

Por otra parte se espera el cambio de comunicación política que le proponga el poder intervenir en las decisiones gubernamentales, para el beneficio real de todos los sectores de la población.
Mientras no exista una comunicación política alternativa entre gobierno y gobernados, no pueden existir buenas relaciones públicas entre sociedad y gobierno, es absolutamente necesaria la implementación ética y transparente de los sectores oficiales del gobierno para con la sociedad, para poder establecer nuevas relaciones entre gobierno y gobernados, y así tratar de consolidar un modelo comunicativo de respeto y transparencia entre sociedad y gobierno, que permita a los diversos sectores de la sociedad la tan ansiada participación en las decisiones del Estado, en beneficio de la misma sociedad.